¡Más madera, es la guerra! (Groucho)
Ver para creer. El engominado y presuntuoso Urdangarín, ese que se codeaba con la clase alta, le echaba "todas las culpas" de Nóos a su antiguo amigo y socio Diego Torres. Menos mal que, previendo la calaña de los presuntos implicados, se guardó el as en la manga de cientos de correos comprometedores.
¡Así sigue la diversión real! Y mientras el Papa, con sabia decisión, dimite, nuestro achacoso rey biónico, presunto implicado en la farándula del duque em-palma-do, NO. Aunque, quien sabe, con un poco de suerte... ¡Tiempo al tiempo!
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