Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente (Groucho)
Leído de Luism: "Sin saberse bien por qué, todos o casi todos nos hemos visto de repente asediados por la obsesión compulsiva de un (des)conocido ¿anormal ? que te insulta.
En el fondo, el insulto es una forma de impotencia, de agresividad inerme, como la de ese perrito ladrador al que la naturaleza le ha hecho una faena con el tamaño que le ha asignado [...]
En España, se prodiga el insulto. Es verdad que tenemos un rico vocabulario para él, pero incluso para ello se está demostrando la mediocridad que nos ha invadido. El sarcasmo de los quevedos se ha quedado en un dicterio impotente, enano, adocenado, repetido hasta la saciedad.
Suelen acordarse de tu madre o de tu padre, adornándolos con generosas cualidades de las que nunca disfrutaron. De esa forma, el gañán (o la gañán) demuestra que su insulto no es una cuestión personal entre él y el insultado, sino el producto de un desequilibrio psicológico. Igual que el enfermo mental grave puede producir un exceso de saliva por la ansiedad, el insultante babea su malestar y lo salpica todo con su espuma inconsistente [...] "
Como bien dice el refrán: "el gañán sin hato es como el perro sin hueso en el plato".
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1 comentario:
Estos gañanes son una panda de hipócritas cobardes que se ocultan bajo decenas de seudónimos. Por envidia u otra causa genética intentan hacer daño amparándose en apócrifos. Otros, pese a quien le pese, nos enfrentamos cara a cara al mundo, porque no tenemos nada que ocultar.
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