Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas... (Groucho)
Muere un niño ahogado en las costas turcas y el mundo entero se conmueve. No faltan lágrimas ni rabia ni pesar infinito por la maldad del hombre. Pensamos que ese niño podía haber sido alguien de nuestra familia, cuando en realidad es una parte de nosotros mismos. La otra parte, la indiferencia, la desidia, el egoísmo, nuestros quehaceres y problemas, nuestra existencia personal, pronto olvidarán lo ocurrido. Es ley de vida, de supervivencia. Pero en este momento, en la distancia, con el drama a flor de piel, todos los seres con corazón se duelen de esta muerte y sueñan o imaginan un mundo más justo y perfecto...
Va por tí Aylan Kurdi.
Descansa en paz, pequeño ángel.
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