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¡Cómo pasa
el tiempo! Hoy domingo, 5-nov-2017, se han cumplido 19 años y medio desde que comenzó esta historia. Fue un soleado 5 de mayo de 1998 cuando el añorado
maestro Pepe Amurrio, sabedor de mi afición futbolística, me invitó a
participar con un grupo de amigos del pueblo en un proyecto maravilloso:
reunirnos todos los domingos para jugar y disfrutar del fútbol.
Desde ese lejano mayo y, a partir del tercer partido en que metí un gol, me propuse consignar los partidos jugados y mis goles en una vieja agenda escolar. Y al final, en mi caso, descontando lesiones varias y fines de semana viajeros, hoy he cumplido la friolera de ¡794 partidos y 1.000 goles! Tal vez un certero tiro lejano y la facilidad para rematar de cabeza en cada córner, sin olvidar que muchas veces jugamos a fútbol siete en campo de tierra o césped, ha facilitado mi inusual (y gozosa) estadística goleadora.
Realmente disfruto con este deporte y con esta gente del Futvete, dentro y fuera del campo. Ahora tengo 58 años, pero espero seguir cultivando esta vieja pasión unos añitos más durante muchos domingos mañaneros. Y viendo a otros compañeros de mi quinta o los ejemplos saludables de Pinto o Manolo, con más de 60 años, creo que así será. ¿Hasta los 1.000 partidos quizás?
Pienso vivir para siempre o morir en el intento (Groucho)
Yo,
entonces, con siete años en Caudete de forma discontinua por razones de
trabajo, no conocía a nadie de los reunidos, salvo a Pepe. Con el tiempo,
ya asentado y empadronado en el pueblo de forma fija, tras cientos de partidos,
me he convertido en uno de los fijos del grupo de FUTVETE (Fútbol Veteranos).
Desde ese lejano mayo y, a partir del tercer partido en que metí un gol, me propuse consignar los partidos jugados y mis goles en una vieja agenda escolar. Y al final, en mi caso, descontando lesiones varias y fines de semana viajeros, hoy he cumplido la friolera de ¡794 partidos y 1.000 goles! Tal vez un certero tiro lejano y la facilidad para rematar de cabeza en cada córner, sin olvidar que muchas veces jugamos a fútbol siete en campo de tierra o césped, ha facilitado mi inusual (y gozosa) estadística goleadora.
Realmente disfruto con este deporte y con esta gente del Futvete, dentro y fuera del campo. Ahora tengo 58 años, pero espero seguir cultivando esta vieja pasión unos añitos más durante muchos domingos mañaneros. Y viendo a otros compañeros de mi quinta o los ejemplos saludables de Pinto o Manolo, con más de 60 años, creo que así será. ¿Hasta los 1.000 partidos quizás?
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