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Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero (Groucho)
Cuando Balzac decía que “la inspiración era la ocasión del genio” se refería a
la inspiración creativa, esa idea brillante del pensamiento que los autores clásicos
tildaron de “divina”.
Pienso en ella muchas veces, aunque sea caprichosa
y aparezca cuando menos la espero. Y eso es así, sin más, ya que la
inspiración, como el talento o la imaginación, son imposibles de planificar. Se
tienen o no se tienen. No obstante, como señaló el gran músico Brahms, hay que tener
en cuenta que “sin la destreza, la inspiración es una simple caña mecida por
el viento”.
En mi caso, esta inspiración ha sido
“positiva” cuando otras personas la han valorado de forma objetiva.
Generalmente lo he sentido así tras haber tenido cierta difusión pública alguna
de mis creaciones literarias (provermios.blogspot.com),
bien por premio o por publicación impresa.
Además, me he percatado que las fuentes de
inspiración de esas ocasiones singulares han sido personas y momentos especiales
en mi trascurrir vital. Sinceramente, puedo decir que mis mejores logros literarios
han ido de la mano de las buenas vibraciones sentimentales.
Os pondré los dos ejemplos más claros de
esta tesis creativa positiva sobre mi “propia inspiración” hasta el día de hoy
(agosto-2019):
1.- A Amparo
Ángeles, mi esposa, aún en vida le dediqué la carta de amor Sevilla, siempre Sevilla (1º premio
C.A.C. 2002), el poema Trilogía amorosa
(1º premio E.B. 2002), los poemarios Adoniscencia
(1º premio E.B. 2003) y Carpe amorem
(1º premio E.B. 2007); y, tras su fallecimiento en 2007 y con su recuerdo todavía
presente, le he dedicado el poema La
penúltima estación (1º premio E.B. 2018) y, recuperando artículos de un
antiguo y emotivo blog, el relato La
aventura del Yatrox (1º premio E.B. 2019).
2.- A María,
mi prometida, tras nuestro noviazgo desde 2009 y con su amor actual en mi
corazón, le he compuesto hasta ahora los poemarios Sonetos amorosos (1º premio E.B. 2011) y Soliloquios conversos (1º premio E.B. 2016), así como la carta Cariño mío (1º premio C.A.C. 2011) y los
poemas breves Naufragio (antología
D.L. 2015) y A media luz (antología
E.L. 2016).
Creo que sobran comentarios sobre los dos verdaderos
motores de mi vida emocional, sobre esas dos MUSAS inspiradoras y benéficas que
me dan, ciertamente, numen y suerte.
O como dijo la admirable Gloria Fuertes: “una casa, un amor y un poema no pueden ser
abstractos”. Y me tomo la licencia de añadir esto: “porque todo lo vivido con auténtica pasión merece ser recordado con
palabras semejantes”.
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1 comentario:
Por cierto, alguien que no lee bien el artículo que habla de "los dos ejemplos más claros" de esta inspiración se pregunta el porqué de no incluir cierta carta (http://provermios.blogspot.com/2015/07/mari-carmen.html). Y además, tras una lectura furibunda y sesgada, comete la torpeza de cometer una nueva cacografía para la RAE: "Está no la ha incluido entre sus EXISTOS pueblerinos". Parece ser que las catetas de ciudad no tienen nada que envidiar a las de pueblo.
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